
Debilita la posición en el mercado, dificultando la innovación y la atracción de talento.
Debilita la posición en el mercado, dificultando la innovación y la atracción de talento.
Disminuyen la lealtad y dañan la reputación de la empresa, afectando las ventas y el crecimiento.
Genera sobrecarga de trabajo para el resto del equipo, afectando la eficiencia y el cumplimiento de objetivos.
Crece la incertidumbre, se congela el desarrollo y la motivación se desploma.
Aumenta los costes de contratación y formación, impactando la estabilidad y el conocimiento interno de la organización.
El síndrome del desgaste profesional pone en riesgo la viabilidad del negocio, limitando la inversión y la expansión.
Falta de interés, energía o compromiso hacia el trabajo, lo que reduce la productividad y la satisfacción laboral.
Falta de comunicación, desconfianza y conflictos internos, afectando la colaboración, la toma de decisiones y el rendimiento.
Genera desmotivación, falta de dirección y conflictos, afectando la productividad, el compromiso y el clima laboral.
Menor rendimiento y eficiencia que afectan a la rentabilidad y la competitividad de la empresa.
Provoca malentendidos, frustración y conflictos, afectando la confianza, la colaboración y el desempeño del equipo.
Dificulta la toma de decisiones, aumenta los conflictos y el estrés, afectando el bienestar y la eficiencia en el trabajo.
Limita el crecimiento, reduce la competitividad y dificulta la adaptación a cambios del mercado, poniendo en riesgo la sostenibilidad del negocio.
Los síntomas visibles son sólo expresiones de causas más profundas: creencias limitantes, emociones no gestionadas o dinámicas disfuncionales.
Transformar una organización sin mirar bajo el agua es como tapar una fuga sin cerrar la llave. Solo al abordar las bases se puede cambiar el patrón y construir una cultura sana y sostenible.
Como una batería bien cargada: te da la energía para ir a por todas.
Cuando un equipo fluye, nadie rema solo, ni fuera de ritmo. Todos se mueven en la misma dirección para lograr un objetivo común.
Como un buen GPS te permite llegar donde te propones sin dar vueltas de más que te hagan perder tiempo, dinero y energía.
Como un buen DJ en una fiesta: sabes qué estás sintiendo, ajustas tu ritmo interno, conectas con el ambiente y haces que todos bailen en sintonía contigo.
Como en una buena canción: el mensaje importa, pero también el ritmo, el tono y cómo hace sentir a los que la escuchan.
Como el director de orquesta: no toca todos los instrumentos, pero hace que suenen en armonía
Como un remix que supera a la canción original: toma lo mejor, rompe esquemas y conecta con lo que el público realmente necesita.
La cultura se come a la estrategia para desayunar.
Peter Druckermade with by COCO&CO